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Francisco Estévez Jefe de Ginecología del hospital Ribera Povisa

“Tres de cada diez mujeres serían candidatas a terapia pero la soportan sin ayuda”

“Hay tratamientos hormonales para la menopausia que pueden mejorar la calidad de vida, sin riesgos científicos demostrados”, alega

El ginecólogo Francisco Estévez Guimeráns, en Vigo. Pablo Hernández

La utilización de terapias hormonales para la menopausia en España (y Galicia) es extremadamente baja. Según datos de la encuesta poblacional realizada en septiembre de 2021 por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) solo el 5,3% de las mujeres sintomáticas menopáusicas y el 2,8% de las perimenopausias utilizan algún tipo de tratamiento de este tipo. Esta situación se agrava cuando la mujer presenta alguna condición médica, repercutiendo negativamente en la decisión de prescribirlo. El jefe de servicio de Ginecología en el Hospital Ribera Povisa de Vigo, Francisco Estévez Guimeráns, tras cientos de horas en cirugía oncológica de la mama en Vigo, pionero en Galicia en el uso de cirugía laparoscópica y oncológica ginecológica, no duda en evidenciar el infratratamiento de la menopausia en su área sanitaria de referencia. Asimismo, aborda los porqués y posibles soluciones de una etapa femenina que, lejos de la patología, tiene características propias y reviste gran importancia en un dilatado ciclo de la vida de la mujer.

–Hay mujeres que pasan la mitad de su vida en menopausia, pero solo el 5% se están tratando con tratamientos hormonales. ¿Por qué?

–En España y Galicia, pero también en el resto del mundo, los tratamientos hormonales están algo demonizados. La utilización de la Terapia hormonal para la menopausia (THM) disminuyó de forma trascendente a partir de la publicación de los resultados de los estudios Women’s Health Iniciative (WHI) de 2002 y el Million Women Study (MWS) de 2003. Es uno de los estudios que más daño ha hecho porque fue diseñado para ver los efectos cardiovasculares del tratamiento hormonal en mujeres, pero eligieron una edad media de 64 años... Estuvo mal diseñado y luego se relacionó con el cáncer de mama; se extrapolaron datos. Científicamente no estaba bien hecho. Luego, los datos fueron reanalizados por los mismos autores y con cambios importantes en sus conclusiones finales de 2015. Pero nadie rectificó y el estigma se quedó. Aparte, todas las guías nacionales e internacionales publicadas con posterioridad, así como los comunicados de las sociedades científicas relacionadas con la menopausia indican que, basados en la mejor evidencia científica, el uso de THM en el caso de mujeres sintomáticas sin riesgos añadidos, los beneficios superan claramente a los riesgos.

–¿Hay una especie de resignación a sufrir la menopausia porque las mujeres han visto que sus madres también la pasaron?

–Sí. Te lo dicen así: “Yo prefiero no tomarme nada”. Y, cuando le dices que es un tratamiento hormonal, salta una especie de alarma que viene de una situación, digamos anómala, en una parte de la sociedad. Si tienes que recibir tratamiento por la tiroides, por ejemplo, tienes que tomar hormonas y a nadie le resulta llamativo. Sin embargo, si tienes falta de una hormona que es el estrógeno y que produce la menopausia, parece que implementar esa hormona es un tabú. Veníamos de una sociedad podríamos decir arcaica, en la que la libertad de anticoncepción llegó más tarde que en Europa. El franquismo, con la demonización de los anticonceptivos y la influencia de la iglesia católica, influyeron en esas reticencias. Y la creencia, también, de que las hormonas nos iban a engordar. La menopausia no puede considerarse, ni mucho menos, como una enfermedad. Es una situación vital más pero que, por los síntomas que puede presentar, puede deteriorar mucho la calidad de vida. Algo que tiene solución con terapias que mejoran la calidad de vida y sin que los riesgos superen los beneficios.

“La demonización de los anticonceptivos es una herencia de la sociedad franquista”

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–La sintomatología, que ustedes llaman ‘climaterio’, puede durar entre 4 y 6 años.  

–La menopausia es casi, casi, un privilegio del ser humano. Solo hay, prácticamente, dos especies en en mundo que tienen menopausia y son las orcas y las mujeres humanas. Los primates, que quizás genéticamente se puedan acercar más a nosotros, tienen vidas reproductivas hasta el final de sus vidas. Es más, se considera que las chimpancés adultas son más procreadoras que las jóvenes...

–Perdón, ¿las orcas?   

–Junto con los humanos, las orcas están entre los pocos animales que tienen menopausia; todo un misterio evolutivo que los científicos han querido explicar en la importancia de que las hembras maduras de orca, libres de la procreación desde los 30 años, puedan servir para transmitir conocimientos hasta los casi 100 años de edad que alcanzan, a las crías más pequeñas. Es la llamada hipótesis de la abuela. Básicamente, lo que ocurre con los humanos en los parques infantiles.

–Para las mujeres en el cáncer de mama estaba totalmente descartado el tratamiento hormonal, así que toda la sintomatología menopáusica se sumaba a la carga del propio cáncer.    

–La THM es útil para el alivio de los síntomas de la menopausia, así como para las posibles complicaciones asociadas, como son las fracturas osteoporóticas, el deterioro cognitivo o las afecciones cardiovasculares; y genéricamente hablando, la THM mejora la calidad de vida de quien la emplea. Y varios tratamientos ayudan, también, para mujeres que han sobrevivido a un cáncer de mama y que, además, suelen sufrir una menopausia precoz. Ese estudio determina en qué casos sí puede haber riesgos y cuándo se pueden dar tratamientos con tranquilidad, siguiendo protocolos seguros.

“El principal estigma es un estudio del año 2002 que vinculó el tratamiento al cáncer”

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–La menopausia incluye más de 100 síntomas, que pueden acabar en cuadros depresivos. ¿Confirma esta afirmación?

–Las mujeres tienen una sintomatología muy amplia de menopausia, que puede incluir como más frecuente los sofocos y sudores nocturnos, que van a aparecer hasta en un 70% de pacientes. Pero hay otros como dolores musculares, articulares, problemas para conciliar el sueño que llevan a la irritabilidad y a un cierto deterioro cognitivo: hay falta de memoria porque hay falta de descanso. También sequedad vaginal que, si se suma al descenso de la libido concluye en muchos casos en un cese de la vida sexual.

–¿Qué porcentaje de mujeres atendidas en Vigo y su área sería candidata a un tratamiento hormonal de este tipo? 

–Es una pregunta comprometida, pero quizás un treinta por ciento de las mujeres con síntomas fueran idóneas.

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